El futuro de la música clásica

Si retrocediéramos en el tiempo y transportáramos a J.S. Bach al mundo moderno, creo que se sorprendería enormemente al saber que la música que compuso no se considera "pop" en la actualidad. En algún momento de la historia, lo que ahora consideramos música "clásica" era en realidad música "pop" en Europa durante varios siglos. Y la razón por la que la música "clásica" era tan popular en ese entonces, en Europa, tenía mucho que ver con el hecho de que formaba gran parte de la industria del entretenimiento: fue promovida y financiada por líderes religiosos y políticos, fue una expresión de patriotismo en muchos países y fue la principal forma de entretenimiento.

La gente solía ir a los conciertos de música sólo para escuchar una nueva melodía. Pero, a medida que pasaban los siglos y se desarrollaban nuevas tecnologías, a principios del siglo XX, las actuaciones en vivo de música "clásica" perdían popularidad. Para empezar, la industria cinematográfica despegó alrededor de 1895; en la década de 1910, la gente comenzó a escuchar el fonógrafo en casa; y otras formas de entretenimiento empezaron a tomar prioridad.

Además, un gran punto de inflexión para la humanidad fue la primera Exposición Universal en 1889, no solo tecnológicamente, sino también para muchas formas de arte. De repente, todo el mundo podía aprender sobre nuevas culturas y tradiciones, y eso incluía nuevos géneros de música e incluso instrumentos. Esto fue maravilloso porque le dio a compositores e intérpretes de todo el mundo la capacidad de ampliar sus herramientas musicales, y la música "clásica" europea tradicional comenzó a expandir su lenguaje y técnicas.

En cualquier caso, tiene mucho sentido que hoy en día la música "clásica" no sea tan popular como lo fue en el siglo XIX. Sencillamente hay muchas más formas de entretenimiento con las que tiene que competir y mucho más acceso a géneros diferentes de todo el mundo. Pero eso no significa que no haya interés en la música “clásica”, sólo significa que, con una población en aumento contínuo y tantas tradiciones artísticas, estadísticamente muchos géneros tendrán un porcentaje menor de oyentes que cuando eran una de las únicas opciones disponibles.

Con el auge de las redes sociales y otras tecnologías, ha comenzado a circular un mito de que los jóvenes no tienen el interés ni la atención para disfrutar de la música "clásica". No creo que esto sea cierto.

Para empezar, mi reciente experiencia como juez en Virtuosos, un concurso de música clásica televisado que presenta a jóvenes músicos clásicos emergentes, cuya misión es impulsar las carreras de jóvenes músicos, demuestra lo contrario. Este es el segundo año que participo en la filmación de este programa, y pude ver la pasión y la emoción sobresaliente de cada concursante. Sé, personalmente, que se necesita mucho esfuerzo para llegar al nivel al que estos jóvenes han alcanzado, y es increíble ver su entusiasmo reflejado en su dedicación. Músicos como los concursantes de Virtuosos y sus seguidores son prueba de que este género aún tiene un lugar en los corazones de la población  mundial.

No obstante, también creo que, al igual que todas las formas de arte a lo largo de la historia de la humanidad, las prácticas en la música "clásica" deben evolucionar para adaptarse a la audiencia que existe hoy.

Me pregunto constantemente cómo atraer a las audiencias actuales. Y, en mi experiencia, la comunicación con ellas es fundamental: desarrollar relaciones con la audiencia, informarles sobre el repertorio que estoy tocando y dejarles saber quién soy y por qué amo lo que hago.

En el pasado, los músicos en vivo de música "clásica" realmente no tenían que comunicarse con su audiencia. Simplemente no había demanda para ello (o, en ocasiones, ni siquiera una tecnología que lo facilitara). Hoy en día, incluso súper-estrellas del "pop", como Taylor Swift tienen un gran interés ​​en desarrollar relaciones con sus fans. Imagina estar en un concierto de rock de 3 horas y que los intérpretes en el escenario no digan una sola palabra que no sea cantada, ni siquiera un "¡Gracias y buenas noches!" Es totalmente impensable. Entonces, creo que hablar de manera auténtica con la audiencia y hacerles saber quién soy es parte de la experiencia moderna de  los  conciertos.

Además, con tanta información que nos llega constantemente cada segundo de cada día, ¿cómo se supone que la gente debe conocer cada pequeño detalle sobre las canciones "clásicas" escritas hace más de un siglo? Informar al público sobre el significado de las piezas que interpreto, su relevancia histórica y el contexto del compositor, ayuda al público a entender por qué decidí agregar esa pieza a mi repertorio. Les brinda una visión más profunda de la música que estoy interpretando y, en general, hace que esta forma de arte sea más accesible para todos.

Mi objetivo siempre ha sido hacer que mi arte sea lo más accesible posible, lo que incluye tener presencia en redes sociales. Esto me ha permitido compartir mi filosofía interna y quién soy realmente con mis seguidores y suscriptores. Creo que es mucho más fácil apoyar a alguien a quien conoces y en quien confías, que a alguien que sientes que no conoces en absoluto. Las redes sociales me han brindado esa oportunidad. También me gusta aprovechar esa oportunidad cuando actúo. De hecho, a menudo me gusta conocer a mi audiencia después de mis actuaciones, porque me da un propósito saber más sobre sus preferencias y que mi mensaje artístico les ha llegado.

En resumen, creo que el futuro de la "música clásica" depende de su capacidad para adaptarse al mundo moderno y, con la nueva generación de músicos que están teniendo éxito, así como la actitud acogedora de aquellos de nosotros que hemos estado en esta industria a lo largo de los años, estoy seguro de que este futuro será cada vez más brillante.

Pablo Sainz Villegas